lunes, 25 de abril de 2011

Un amor loco, si, es necesario.


Todo el mundo debería vivir un amor loco al menos una vez en la vida. Porque te hace sentir vivo como ninguna otra cosa en el mundo. Porque te hace superar cualquier obstáculo que antes te parecía infranqueable. Porque llena tu cuerpo de energía, te devuelve la salud y te hace olvidar penas y cansancios. Porque te ilumina y te embellece de forma natural. Porque te lleva a hacer cosas que jamás hubieras imaginado, de las que incluso renegabas. Porque te hace amar la vida, pensar haber encontrado su sentido y olvidarte de ti mismo.
También merece la pena ser vivido, pese a todo, por su inevitablemente cara negativa. Por hacernos perder el control sobre nuestros actos y nuestras emociones. Por hacernos sentir tontos, expuestos e infantiles. Por hacernos vivir una auténtico calvario cuando no tenemos cerca al ser amado. Por hacernos idealizar hasta la estupidez al objeto de nuestros anhelos. Por hacernos aceptar cualquier situación, trato o relación injusta, mala o absurda con tal de estar juntos. Por hacernos caer en un abismo en el que la vida deja de tener sentido.
Ese amor que hace que la tierra se mueva bajo nuestros pies siempre tiene dos caras. Primero nos eleva al cielo y, habiéndonos hecho sentir dioses, nos hace caer hasta los infiernos. Un amor que roza la obsesión y se declara abiertamente irracional no suele durar, se escapa como el agua entre los dedos. ¿Por qué entonces merece tanto la pena ser vivido?
En primer lugar por la propia intensidad de la experiencia, por su valor intrínseco, por el inmenso goce y felicidad que proporciona; si pudiéramos, pagaríamos por ello. Pero, sobre todo, por la experiencia y sabiduría con la que contarás en tus futuras relaciones.
Es posible que, después de haber perdido la razón por alguien y de haberte expuesto "a tumba abierta" en una relación que ha fracasado, no quieras volver a sentirte así nunca más. Es posible que, después de vivir un amor loco, estés más preparado para apreciar y valorar un amor sereno, estable y racional. Es posible también que comiences a fijarte y a valorar a otro tipo de parejas, no tan explosivas, no tan seductoras, no tan irresistibles pero sí mucho más eficaces, honestas y saludables en el amor. Es posible, además, que, gracias a la experiencia vivida, si ese amor loco vuelve a llamar a tu puerta, no se la abras.

¿Habéis vivido algún amor loco? ¿Mereció la pena?

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